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Clap llegó a Chihuahua: creamos nuevas oportunidades de norte a sur

En los últimos años, la ciudad de Chihuahua ha crecido a gran velocidad, convirtiéndose en un eslabón clave para el sector industrial en México. Sin embargo, ofrece aún pocas oportunidades para que sus niñas, niños, adolescentes y jóvenes se preparen para los retos que enfrentan.


Grandes avances implican grandes retos


Gracias a que ha tenido un crecimiento industrial y económico estratégico, hoy en día, el municipio de Chihuahua se ha convertido en la quinceava zona industrial más importante de México. Parte de este éxito radica en que ha apostado por alternativas con gran futuro en el país, como es el caso de la industria aeroespacial, en la que Chihuahua es actualmente un referente nacional.


Si bien obtuvo el primer lugar en indicadores de crecimiento económico en 2019, ese mismo año se ubicó entre los cinco primeros lugares en incidencia delictiva a nivel nacional concentrándose la mayor parte de los delitos y la violencia, en el norte y el sur de la ciudad.


¿A qué podría deberse? Para determinar qué tan segura o no es una ciudad hay que tomar en cuenta muchos factores, sin embargo, en cuanto a la ciudad de Chihuahua se refiere, vale la pena detenerse a pensar en su crecimiento urbano como uno de ellos.


El haberse expandido hacia el norte, -una zona anteriormente reservada al sector industrial-, provocó un rápido aumento de las zonas de vivienda, sin que la infraestructura social y de servicios crecieran de forma correspondiente.


Un fenómeno similar ocurre en el sur, que, a raíz de la concentración de las actividades económicas y sociales en el norte y el centro de la ciudad, pasa a quedarse rezagada en términos de mejoramiento de algunos servicios públicos y estrategias de movilidad urbana, dificultando el acceso a las alternativas educativas y culturales para la población de la zona.


¿Por qué este fenómeno afecta gravemente a jóvenes, niños y niñas?


El crecimiento diferenciado dentro de las ciudades implica que surjan nuevos obstáculos en materia de habitabilidad y movilidad dentro de los espacios. En Chihuahua, el crecimiento urbano con poca infraestructura social, aunado al aumento de la inseguridad, son dos elementos que convergen en un problema importante para la juventud: limitan el acceso que tienen a alternativas de recreación y aprendizaje fuera de la escuela en el día a día.


El aumento de las distancia entre los lugares de vivienda y los parques o sitios culturales, así como la inseguridad en las calles, ha provocado que cada vez menos niños y niñas puedan acudir a espacios seguros a jugar y realizar actividades atractivas, así como pone a los adolescentes y jóvenes chihuahuenses en peligro de involucrarse en actividades delictivas. En ambos casos, con serias implicaciones para su futuro.


Los espacios con mayor potencial para transformar


Fue desde esta problemática que partimos para identificar las dos zonas de trabajo prioritario en la ciudad de Chihuahua, en el norte y el sur. Nos dimos a la tarea de seleccionar los lugares con mayor impacto para el proyecto.


Tras analizar las diferentes opciones, elegimos intervenir dos bibliotecas públicas municipales ubicadas dentro de estas zonas de reciente crecimiento, y bien conectadas con grandes zonas de vivienda. En ambos casos, la actividad social y económica de las zonas está limitada por problemas de inseguridad o falta de actividades que las conviertan en un referente para sus comunidades.


Sin embargo, gracias a su ubicación, equipo a cargo y potencial de cambio presentan una gran oportunidad para generar cambios positivos en la seguridad y las dinámicas sociales en su entorno inmediato.


Ambos espacios cuentan con importantes limitaciones en términos de aprovechamiento de las áreas, además de que ofrecen muy pocas actividades y recursos que sean realmente atractivos para sus usuarios, especialmente para niñas, niños y jóvenes. Por lo tanto, las bibliotecas permanecen desiertas la mayor parte del día.




Nuestra estrategia para transformarlas


Tras visitar cada uno de los espacios y tener algunas primeras conversaciones con los bibliotecarios y habitantes en ambas zonas, obtuvimos indicios importantes acerca de intereses y necesidades claros para niños, jóvenes y sus familias.


Con base en ello, -y aunado a nuestra experiencia en las mejores prácticas de aprendizaje-, creamos proyectos de diseño arquitectónico que están próximos a volverse realidad.




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